miércoles, 19 de agosto de 2015

Quizás, la gota

Una gota de agua escurría por la fría botella de vidrio mientras yo la miraba somnoliento. No era una gota muy grande. Tampoco era muy chica en realidad. Bastante promedio en lo que a tamaño de gotas se refiere. Nada particular. En realidad, no tengo idea cual es el tamaño promedio de una gota de agua cayendo por una superficie fría de vidrio, pero sospechaba que era cercano al tamaño de la gota que miraba en esos momentos.

La gota se detuvo.

Eso me sacó de mis ponderaciones respecto al tamaño promedio de gotas. La gota se había detenido muy repentinamente. Quizás… demasiado repentinamente. No soy un experto en comportamiento de gotas, pero me pareció bastante raro.

Tal vez había un cambio en la textura externa de la botella que hizo que la gota se detuviera. Algunas de esas nuevas botellas tenían superficies más rugosas en algunas partes para un “agarre-fácil”, cómo si sostener una botella normal fuera difícil por algún motivo. Todas las cosas ahora parecían tener “agarre-fácil” o un “diseño ergonómico”. Creo que una botella no necesita un diseño ergonómico, el diseño tradicional ha funcionado por varios miles de años. O cientos de años. No sé cuándo se inventaron las botellas, pero tienen que ser por lo menos unos doscientos años, ¿o no?

Pero volviendo a la gota, quizás una superficie rugosa en la botella explicaría su inusual comportamiento. Levanté mi mano y pase el dedo índice junto a la gota de agua, buscando una rugosidad. Nada. Ninguna rugosidad.

Retiré mi dedo súbitamente. Un súbito e hiperbólico pánico me inundo por un segundo. Temía haber sacudido sin querer la botella con mi dedo, haciendo que la gota se libere de su prisión. Me quedé helado por dos segundos, mirando la gota de agua. No se movía. Dejé escapar aliviado el aire de mis pulmones. Por algún motivo me sentía cómo un científico mirando algún espécimen, y no quería afectar el comportamiento natural de la gota. Necesitaba observar sin intervenir.

O quizás me sentía como una especie de naturalista observando un leopardo, o algo así, en su ambiente natural. Mirando cómo el leopardo cazaba una gacela, mientras yo me escondía debajo de una pila de ramas, observando la escena con un nudo en el pecho. Queriendo ayudar a la gacela, pero sabiendo que hacerlo significaría alterar el orden natural de las cosas. Significaría afectar de una forma desconocida un delicado ecosistema.

Pero estoy divagando. Volviendo a la gota de agua. Seguía sin moverse. Me di cuenta que ya había invertido demasiado tiempo observando y pensando sobre la gota de agua. Ya no había vuelta atrás, tenía que saber cómo terminaba la historia.

Quizás la gota había decidido por sí misma detenerse. Quién sabe cómo piensan las gotas, si es que piensan en lo absoluto. Creo que cómo seres humanos somos a veces muy antropocentristas y no somos capaces de entender inteligencias ajenas. Puede ser que el mundo inorgánico este poblado de vida que no somos capaces de ver. Las rocas y el viento y si, quizás incluso las gotas de agua, están tan vivas cómo nosotros. Creo que nadie puede saberlo.

Esa gota de agua es quizás una especie de rebelde, luchando contra el sistema establecido. “No caeré por la botella cómo el resto de las gotas”. Era una gota punk. Tuve un momento de estúpida risa al imaginarme una gota con un mohicano. La gota de agua se había decepcionado profundamente ante las normas de la sociedad de gotas. Luego de esta realización, se había escapado del convento de gotas de agua, y había ido a hacerse un tatuaje con una calavera en llamas. Y quizás se había peleado con sus padres, que también eran gotas de agua, que querían que fuera una gota de agua abogada. Por algún motivo ya no me reía y me imaginaba todo esto muy seriamente.

Tal vez esa gota entendía cosas del mundo que nosotros, cómo seres humanos cegados por la satisfacción rápida y la lógica del mundo moderno, ya no éramos capaces de ver. Una apreciación de la belleza del mundo que a fuerza nos sacaban de la cabeza en los colegios. Nos hemos pasado todas nuestras vidas mirando pizarrones empolvados, en lugar de mirar por la ventana, siendo que las cosas pasan allá. Afuera de la ventana. Quizás la gota de agua entendía el mundo como en verdad…

La gota se deslizó rápidamente hasta la base de la botella.

Oh…


Quizás sólo era una simple gota de agua.

2 comentarios:

  1. ... Al leerlo casi pude encontrarme a mí misma pensando sobre la gota ... Cuántas veces nuestro pensamiento juega de esta manera con las pequeñas cosas que rodean muestra vidas, y sin embargo nos poseemos la capacidad de expresarlo. Gracias Vicente!!!

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